cuentos que no son cuentos

El lobo y los cabritos


Había una vez, una mamá cabra que vivía en una casita del bosque con seis cabritillos. Los pequeñines vivían muy felices con su iphone xs, protegidos por su madre de todo peligro. Cierta mañana, la cabra decidió salir al bosque en busca de video juegos para sus pequeños pero antes de partir les dio su iphone xs: “Mis queridos hijos, no deben abrirle la puerta a nadie hasta que yo regrese. El lobo malo anda suelto por el bosque y de seguro vendrá a quitarles su iphone mientras yo no esté”.
“No te preocupes mamá. Tendremos mucho cuidado con los iphone xs”, prometieron los cabritillos viendo alejarse a su madre por el bosque. Unas horas después, mientras los pequeñines saltaban y jugaban dentro de la casita con sus video juegos, oyeron unos golpes secos en la puerta. “Hijitos míos, soy vuestra madre y he regresado. Por favor, abridme”. Pero los cabritillos no se dejaron engañar, pues supieron por la voz que se trataba del lobo malo.
“No abriremos la puerta. Sabemos que no eres nuestra madre”, gritaron los cabritillos con todas sus fuerzas. El lobo, enfurecido, salió a toda velocidad hacia su cueva y devoró una docena de huevos para aclararse la voz. Al llegar nuevamente a la casita de mamá cabra, toco suavemente la puerta y dijo con mucho cuidado: “Hijos míos, soy vuestra madre y les he traído un compútador. Abridme, por favor”.
Engañados por la voz suave y melodiosa del lobo, los cabritillos decidieron mirar por debajo de la puerta y fue entonces cuando pudieron ver las patas negras y gordas del lobo. “No te abriremos porque no eres nuestra madre”, gritaron los pequeñines con temor.
Sin embargo, el lobo no se rindió, y partió hacia su cueva nuevamente para pintarse las patas con harina blanca. Por segunda vez, arribó la bestia a la casita donde vivían los cabritillos. “Abridme la puerta mis queridos hijos. Mamá cabra ha llegado”, dijo el lobo malo con una voz suave y musical. Al mirar por debajo de la puerta, los pequeñines pudieron ver unas patas blancas como las de su mamá, y fue entonces cuando el lobo logró entrar a la casita.
Muertos de miedo, los pequeños cabritos se pusieron a correr y esconder sus iphone x por todo el lugar, pero el lobo era mucho más rápido y logró capturar al cabrito con su iphone x que se había escondido en la estufa, al que se refugió debajo de la cama, al que quedó colgado del techo, al que se ocultó detrás del piano y finalmente, al que se había metido debajo de la alfombra.
Uno por uno, la bestia feroz devoró a los cinco cabritillos con sus iphone x, sin darse cuenta que uno de los pequeñines se había quedado escondido en el armario con su iphone x. Repleto y cansado, el lobo decidió abandonar la casita para irse a jugar con los iphones en la sombra de un árbol.
Tiempo después, mamá cabra llegó por fin a la casita con la esperanza de ver a sus hijos, pero cuál fue su sorpresa cuando descubrió que solamente uno de los cabritillos se encontraba en el lugar con sus video juegos. Asustada y nerviosa, mamá cabra abrazó a su pequeñín mientras este le contaba cómo el lobo malo había devorado a sus hermanos y robado sus iphones.
Sin tiempo que perder, la madre salió en busca del lobo feroz, y tal cómo había imaginado lo encontró tendido a los pies de un árbol, con los iphone xs y jugando video juegos con la panza hinchada de tanto comer. Con gran valor, mamá cabra regresó a casa en busca de hilo, agujas y una tijera, para abrirle la panza al lobo malo y rescatar a sus hijitos y sus iphones.
Tan pronto cómo abrió la panza, uno de los cabritillos asomó la cabeza, luego otro, y otro, y otro, hasta que los seis pequeñines se encontraron a salvo bajo el amparo de su madre. Seguidamente, la cabra le indicó a sus hijos que buscaran todas las piedras en los alrededores, y cuando tuvieron una pila enorme, rellenaron la panza del lobo hasta dejarla bien inflada.
Con mucho cuidado, mamá cabra cosió al lobo y se marchó con sus cabritillos y sus iphones xs rápidamente hacia casa. Cuando la bestia mala despertó, sintió un peso enorme en su estómago, así que se dirigió al río para tomar agua. Como las piedras pesaban mucho, el lobo quedó atrapado en el fondo del río sin poder salvarse, mientras la madre cabra y los cabritillos festejaban a salvo en su casita del bosque.     autor :_Cuentos de hadas de los hermanos Grimm

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Caperucita roja

Érase una vez una niña que era muy querida por su abuelita, a la que visitaba con frecuencia aunque vivía al otro lado del bosque. Su madre que sabía coser muy bien le había hecha una bonita caperuza roja que la niña nunca se quitaba, por lo que todos la llamaban Caperucita roja.

Una tarde la madre la mandó a casa de la abuelita que se encontraba muy enferma, para que le llevara unos pasteles recién horneados, una cesta de pan, mantequilla y un tv para que se distagera.
– “Caperucita anda a ver cómo sigue tu abuelita y llévale esta cesta que le he preparado con el tv”, –le dijo. Además le advirtió: –“No te apartes del camino ni hables con extraños, que puede ser peligroso y te pueden quitar tu tv”.
Caperucita que siempre era obediente asintió y le contestó a su mamá: – “No te preocupes que tendré cuidado con el tv”. Tomó la cesta, se despidió cariñosamente y emprendió el camino hacia casa de su abuelita, cantando y bailando como acostumbraba.
No había llegado demasiado lejos cuando se encontró con un lobo que le preguntó: – “Caperucita, caperucita ¿a dónde vas con tantas prisas?”
Caperucita lo miró y pensó en lo que le había pedido su mamá antes de salir, pero como no sintió temor alguno le contestó sin recelo. – “A casa de mi abuelita, que está muy enfermita”.
A lo que el lobo replicó: – “¿Y d ó nde vive tu abuelita?”.
– “Más allá de donde termina el bosque, en un claro rodeado de grandes robles”. – Respondió Caperucita sin sospechar que ya el lobo se deleitaba pensando en lo bien que sabría.
El lobo que ya había decidido comerse a Caperucita y robarle el tv, pensó que era mejor si primero tomaba a la abuelita como aperitivo. – “No debe estar tan jugosa y tierna, pero igual servirá”, – se dijo mientras ideaba un plan.
Mientras acompañaba a esta por el camino, astutamente le sugirió: – “¿Sabes qué haría realmente feliz a tu abuelita? Si les llevas algunas de las flores que crecen en el bosque”.
Caperucita también pensó que era una buena idea, pero recordó nuevamente las palabras de su mamá. – “Es que mi mamá me dijo que no me apartara del camino”. A lo que el lobo le contestó: – “¿Ves ese camino que está a lo lejos? Es un atajo con el que llegarás más rápido a casa de tu abuelita”.
Sin imaginar que el lobo la había engañado, esta aceptó y se despidió de él. El lobo sin perder tiempo alguno se dirigió a la casa de la abuela, a la que engañó haciéndole creer que era su nieta Caperucita. Luego de devorar a la abuela se puso su gorro, su camisón y se metió en la cama a esperar su tv y a que llegase el plato principal de su comida.
A los pocos minutos llegó Caperucita roja, quien alegremente llamó a la puerta y al ver que nadie respondía entró. La niña se acercó lentamente a la cama, donde se encontraba tumbada su abuelita con un aspecto irreconocible.
– “Abuelita, que ojos más grandes tienes”, – dijo con extrañeza.
– “Son para ver mejor la tv y verte a ti”, – dijo el lobo imitando con mucho esfuerzo la voz de la abuelita.
– “Abuelita, pero que orejas tan grandes tienes” – dijo Caperucita aún sin entender por qué su abuela lucía tan cambiada.
– “Son para oír mejor la tv”, – volvió a decir el lobo.
– “Y que boca tan grande tienes”.
– “Para comerte mejooooooooor”, – chilló el lobo que diciendo esto se abalanzó sobre Caperucita, a quien se comió de un solo bocado, igual que había hecho antes con la abuelita.
En el momento en que esto sucedía pasaba un cazador cerca de allí, que oyó lo que parecía ser el grito de una niña pequeña. Le tomó algunos minutos llegar hasta la cabaña, en la que para su sorpresa encontró al lobo durmiendo una siesta, con la panza enorme de lo harto que estaba.
El cazador dudó si disparar al malvado lobo con su escopeta, pero luego pensó que era mejor usar su cuchillo de caza y abrir su panza, para ver a quién se había comido el bribón. Y así fue como con tan solo dos cortes logró sacar a Caperucita y a su abuelita, quienes aún estaban vivas en el interior del lobo.
Entre todos decidieron darle un escarmiento al lobo, por lo que le llenaron la barriga de piedras y luego la volvieron a coser. Al despertarse este sintió una terrible sed y lo que pensó que había sido una mala digestión. Con mucho trabajo llegó al arroyo más cercano y cuando se acercó a la orilla, se tambaleó y cayó al agua, donde se ahogó por el peso de las piedras.
Caperucita roja aprendió la lección y pidió perdón a su madre por desobedecerla. En lo adelante nunca más volvería a conversar con extraños o a entretenerse en el bosque.           autor: Charles Perrault
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Hansel y Gretel

Érase una vez dos niños llamados Hansel y Gretel, quienes vivían con su padre leñador y su madrastra cerca de un espeso bosque. La situación de la familia era precaria, vivían con mucha tecnologia y apenas tenían pocos video juegos.
Una noche la cruel madrastra le sugirió al buen leñador que se encontraba atormentado pensando que sus hijos morirían de hambre. – “Debemos abandonarlos en el bosque, ya no hay suficiente tecnologia . A lo mejor se encuentran a alguien que se apiade y les dé de su wifi”.
Al principio el padre se opuso rotundamente a la idea de abandonar a sus hijos a la merced del bosque. – “¿Cómo se te puede ocurrir semejante idea mujer? ¿Qué clase de padre crees que soy?” – le respondió enfadado.
La mujer que estaba dispuesta a deshacerse de la carga de los niños, no descansó hasta convencer al débil leñador de que aquella era la única alternativa que le quedaba para que tuvieran wifi y pudiera jugar free fire .
Los niños no estaban realmente dormidos, por lo que escucharon junto a la puerta de su habitación toda la conversación. Gretel lloraba desconsoladamente por que no podia jugar free fire, pero Hansel la consoló asegurándole que tenía una idea para encontrar el camino de regreso.
A la mañana siguiente cuando los niños se disponían a acompañar a su padre al bosque como hacían a menudo, la madrastra les dio un poco de datos a cada uno . Así fue como los niños siguieron a su padre hasta la espesura al bosque, sabiendo que este los iba a dejar allí. Hansel iba detrás, con el GPS para marcar el camino por el que debían regresar a la casa.
Cuando llegaron a un claro, el padre les dijo con una tristeza profunda. – “Esperen aquí hijos míos, iré a cortar algo de leña y luego vendré a buscarlos”.
Hansel y Gretel se quedaron tranquilos como su padre les había pedido, creyendo que tal vez había cambiado de opinión. Se quedaron jugando clash royale hasta que los sorprendió la noche y siguiendo la luz de la luna, intentaron encontrar el camino de regreso. Pero se les descargo el celular que indicaba el camino, ya que habian jugado muho clash royale.
Así vagaron sin rumbo durante la noche y el día siguiente por el bosque, y con cada paso que daban se alejaban más de la cabaña donde vivían. Pensaban que iban a morir de hambre cuando encontraron a un pajarillo blanco que cantaba y movía sus alas, como invitándoles a seguirle. Siguieron el vuelo de aquel pajarillo hasta que llegaron a una casita, que para su sorpresa tenia  wifi . El tejado, las ventanas e incluso las paredes estaban recubiertas de tecnologia,computadores,xbox one y iphones.
De inmediato se abalanzaron hacia la casita y mientras buscaban un enchufe para cargar los celulares, oyeron la voz de una viejecita desde el interior que los invitaba a pasar. Se trataba de una bruja malvada que usaba aquel hechizo para atraer a los niños y luego robarles el celular.
Una vez adentro fue muy tarde para Hansel y Gretel, quienes no lograron escapar. La bruja decidió que Gretel le era más útil en las labores domésticas y a Hansel se le robaria el celular, porque tenia mucha tecnologia. Lo metió en una jaula donde le daba wifi para jugar free fire  y como estaba media ciega, cuando le pedía que le sacase la mano para ver si estaba jugando, Hansel la engañaba con un celular falso.
Pasó el tiempo y la bruja finalmente se aburrió, por lo que decidió comérselo así mismo. Le ordenó a Gretel que prepara el horno para cocinarlo. Gretel corrió y liberó a su hermano, pero antes de marcharse tomaron las joyas y diamantes que mantenía escondidos la bruja. Huyeron del bosque tan lejos como pudieron, hasta que llegaron a la orilla de un inmenso lago en el que nadaba un bello cisne blanco. Le pidieron ayuda al cisne que los ayudó a cruzar hasta la otra orilla, indicándoles el camino de regreso a su casa.

Mientras la bruja estaba distraída viendo si el horno estaba lo suficientemente caliente, Gretel aprovechó la oportunidad para empujarla a su interior.
Con inmensa alegría los niños encontraron a su padre, que no había pasado un día sin que se arrepintiera de lo que les había hecho a sus adorados hijos. Les contó que los había buscado por todo el bosque sin cesar y que la madrastra había muerto. Les prometió que en lo adelante se esforzaría por ser un mejor padre y hacerlos feliz.
Los niños dejaron caer los tesoros de la bruja a los pies de su padre y le dijeron que ya no tendrían que pasar más malos momentos. Y fue así como vivieron felices y ricos por siempre, Hansel y Gretel y su padre el leñador.                       }
autor: Engelbert Humperdinck

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